subiendo a 9.000 metros. balance y objetivos anuales

Plan 6 niveles para revisar mi actividad

Con el año 2010 ya finiquitado es tiempo de hacer balance. Es momento de subir a 9.000 metros de altura según el modelo de seis niveles para revisar el trabajo. Toca revisar si lo que se ha hecho en los niveles inferiores ha contribuido para aproximarnos a la consecución de los objetivos anuales, o si es necesario renegociar los objetivos inicialmente planteados. Es el momento también de realizar los propósitos para el nuevo año y corroborar que los objetivos planteados en los niveles superiores (12.000 y 15.000 metros) siguen siendo válidos.

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luces y sombras en la estrategia pública: la experiencia de las universidades públicas andaluzas

Lámpara
Si hay algo en lo que parece que estamos de acuerdo toda la sociedad es que las Administraciones Públicas necesitan evolucionar. El modelo burocrático, como dice Óscar Cortés en su artículo «10 consejos para el éxito de una estrategia pública«, no ha logrado resolver su principal carencia:

el que un excesivo enfoque en las formas -procedimientos- acabe desplazando al verdadero fondo -problema social a resolver-

Esta realidad no es nueva. Hace ya algunos años que se viene observando la necesidad de un enfoque más estratégico. De hecho a todos nos sonará haber oído hablar de Planes Estratégicos en alguna que otra Administración; ¿moda o convicción real de la necesidad de cambiar de enfoque? Tengo mis dudas, porque ahí empiezan las «sombras»: diseñar y aprobar un Plan Estratégico no es cambiar de enfoque. El cambio real vendrá cuando la estrategia que marque el Plan se incardine en la organización. Cuando todos sus miembros actúen en el sentido marcado por los objetivos fijados. Pero claro, esto no es fácil. Como señala Óscar, el cambio debe ser bien gestionado.

Este cambio de enfoque viene pretendiéndose desde hace ya algunos años en las Universidades Públicas Andaluzas. No con todo el éxito que cabría, aunque de forma silenciosa, casi sin darnos cuenta, algo se está consiguiendo avanzar.

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planificación natural de proyectos

David Allen, propulsor del método «Getting Things Done» y fundador de toda una industria para la gestión del tiempo, describe en su libro que da nombre al método (o su versión española, «Organízate con Eficacia»), la técnica natural de planificación que utiliza nuestra mente de forma inconsciente, planteando de qué forma podemos aprender de ella para hacerlo de forma más consciente. Identifica 5 fases, que resumo a continuación:

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¿da miedo la participación?

Ahora todo es participativo; a los responsables políticos y académicos, en el caso de la Universidad, se les llena la boca con este término. La definición de la estrategia para el futuro de la Universidad es participativa (Estrategia Universidad 2015), los planes estratégicos se elaboran de forma participativa, las reestructuraciones se deciden de forma participativa… Pero, ¿realmente es así?

Como ya he dicho en alguna ocasión por aquí, uno de los aspectos que más valoro de la entidad pública para la que trabajo, es la existencia de una canal interno de comunicación abierto a toda la comunidad universitaria. Se trata de una simple lista de distribución a través de la cual quienes trabajamos o estudiamos en la Universidad podemos expresar nuestra opinión abiertamente. Últimamente es frecuente su uso para informar sobre encuentros anti-Bolonia o expresar y debatir sobre la postura de cada uno respecto al proceso de convergencia al Espacio Europeo de Educación Superior.

Pero a lo que iba. ¿Podría considerarse la existencia de estos canales de comunicación instrumentos participativos? Creo que, de manera deliberada, se confunde la libertad de expresión con la participación. Me explico: supongamos que soy el responsable de elaborar un plan que guíe el desarrollo futuro de la Universidad. ¡Oh! Esto es importante, esto afecta a un montón de gente. Como no les guste lo que planteo, se me echan encima. ¿Qué hago? ¡Claro, el Plan tiene que ser participativo! Elaboro el documento, lo difundo y pido que me hagan llegar las sugerencias (pero, ¡ojo! que el que sabe lo que se tiene que hacer soy yo… a saber las barbaridades que van a proponer). Ea, pues que me manden por correo electrónico las sugerencias y… ya veré lo que hago con ellas. No, mejor lo vamos a hacer más moderno: voy a abrir un blog y que me dejen las sugerencias en los comentarios. Resultado: EL PLAN HA SIDO ELABORADO PARTICIPATIVAMENTE.

¿Es esto participativo? ¿No se está usando la participación para legitimizar lo que ya estaba decidido? El otro día participé en una reunión en la que esto quedó patente.

¿Tanto miedo da la elaboración participativa? Si de verdad se quiere implicar a quienes deben desarrollar lo establecido en un Plan, ¿no sería mejor que éste fuese elaborado contando con la opinión de todos?, ¿no podría elaborarse de forma colaborativa?, ¿no se conseguiría así una verdadera participación? Las nuevas tecnologías nos ofrecen multitud de herramientas que podrían facilitar esta forma de trabajar (wikis, gestores documentales, blogs…).

¿Acaso los miembros de la organización, o la misma sociedad, no es lo suficientemente madura para opinar sobre su futuro?

Creo que si de verdad se quiere emplear la participación en las decisiones estratégicas, como medio para facilitar la interiorización e implicación en su desarrollo, debe contarse con las personas al inicio y no al final del proceso. Mi propuesta: primero, realizar un brainstorming abierto sobre objetivos deseables, empleando bien un wiki o mejor una plataforma que permita votar las propuestas; después, el equipo encargado de elaborar el Plan, desarrollará los objetivos/líneas mediante el wiki, de manera visible y abierta a discusión.