Cierro con este post la serie “por qué prefiero una Administración Profesional vs. una Administración Política”. Y lo hago haciendo un pequeño extracto de los tres primeros motivos señalados y añadiendo uno nuevo. Esto, por supuesto, no es más que una opinión personal, no es más que la percepción de un simple ciudadano, aderezada con una pizca de vivencias en mi ámbito. En cierta forma lo que realizo es un ejercicio de extrapolación de las situaciones que vivo a la generalidad de las Administraciones públicas.
Te pongo en situación: trabajo en una Universidad Pública que como todas, está reconocida como Entidad Pública con Personalidad Jurídica Propia. Su plantilla está compuesta por empleados públicos, tanto funcionarios como laborales, recayendo la administración en el personal de administración y servicios (PAS). La estructura orgánica de dirección de las Universidades Públicas se basa en un/a Rector/a y varios Vicerrectorados. La persona que asume el cargo de Rector/a es elegida por sufragio (bien directamente por la comunidad universitaria o bien a través de los representantes de ésta en el Claustro; esto depende de los Estatutos de cada Universidad). Los Vicerrectores o Vicerrectoras son elegidos por el Rector/a. Por tanto, podría decirse que en cierta forma, una Universidad tiene similitudes con un pequeño Ayuntamiento:
- Rector = Alcalde. La dirige una persona elegida por sufragio (es decir, un político).
- Vicerrectores = Concejales. Son nombrados directamente por el Rector/Alcalde (normalmente de entre aquéllos que impulsaban la candidatura, es decir, también políticos).
- PAS = personal del Ayuntamiento. Son mayoritariamente funcionarios seleccionados por oposiciones públicas y organizados en estructuras similares (Servicios, Secciones, Negociados, o sus equivalentes).
- Comunidad Universitaria = Población del Ayuntamiento. La comunidad universitaria está compuesta por los estudiantes, el profesorado y el PAS, y es, entre otras cosas, quien elige al Rector/a.
No me enrollo más con esto, pero el número de cargos académicos (que como habrás observado, yo considero cargos políticos) puede incrementarse considerablemente (Direcciones Generales, Decanos y Directores de Centros, Directores de Departamentos, Vicedecanos, Subdirectores, etc.), y a todos ellos se le podría buscar su equivalente en otro Entre Público. Se trata sólo de mostrar el parecido en la forma de organizarse y actuar, para así contextualizar mi opinión. Por mi profesión, he tenido que trabajar directamente con más de un Vicerrector y algún que otro Director General. En líneas generales, la capacidad de trabajo y las ideas de los cargos con los que he colaborado es de un nivel muy alto. Pero en algunos casos he notado poca experiencia en la gestión pública, y esto en ocasiones provoca disfunciones.
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