En más de una ocasión he comentado por aquí que una de las cosas que más me gustan del método GTD es la tranquilidad y sensación de seguridad con la que puedes aparcar tus frentes abiertos cuando las circunstancias lo requieren.
Todos en algún momento tenemos la necesidad (o la obligación) de desconectar de la rutina en algún momento. Lo que no todos conseguimos es hacerlo con el suficiente control sobre los asuntos pendientes. GTD te permite hacerlo evitando, además el estrés que muchas veces provoca ausentarte un tiempo de tu campo de batalla.
Las circunstancias que te mantengan «out» pueden ser muy variadas. Hoy quiero centrarme en los proyectos secuestradores. Te preguntarás qué leches quiero decir con proyectos secuestradores. O quizás no. Quizás tú también sufras el secuestro con alguno de tus proyectos y ya te formes una idea de a qué me refiero.